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jueves, 18 de septiembre de 2014

CUIDADO DEL HÍGADO

Vida ordenada y alimentación saludable son los mejores cuidados que requiere un hígado delicado.


REPOSO FÍSICO

Cuando el hígado se halla sobrecargado o debilitado por algún trastorno, necesita reposo. El reposo físico es necesario porque una de las funciones de hígado es proveer la energía química para los músculos. Al dejar los músculos en reposo, el hígado también descansa, y se favorece su recuperación. 

  • En la fase crónica de la hepatitis, y en las hepatopatías en general, se debe evitar cualquier tipo de ejercicio vigoroso o prolongado.
  • En la fase aguda de la hepatitis, es recomendable hacer reposo en cama.

ALIMENTACIÓN PRUDENTE


Para cuidar del hígado lo ideal es una dieta ligera y nutritiva, que le exija poco trabajo, con estas características:

  • Lo más natural y menos procesada posible.
  • Sin aditivos artificiales añadidos.
  • Pobre en grasas.
  • Moderada en proteínas.
  • Rica en hidratos de carbono complejos (cereales integrales, legumbres, tubérculos).
  • Baja en sal.

REDUCIR O ELIMINAR EL ALCOHOL


El consumo de alcohol es, junto a los virus de la hepatitis, la principal causa de alteraciones del hígado como la cirrosis.
El alcohol etílico es una sustancia extraña para el organismo, que altera profundamente el funcionamiento de las neuronas e intoxica todo el organismo. Es necesario que después de haber sido ingerido, el alcohol sea eliminado cuanto antes de la sangre. Por el aliento y por la orina producida por los riñones sólo se elimina el 10% del alcohol ingerido. El único órgano capaz de librar el organismo por completo la toxina es el hígado.
Para neutralizar y destruir las moléculas de alcohol, el hígado tiene que hacer un importante trabajo metabólico mediante la enzima alcohol-deshigrogenasa. El hígado es capaz de eliminar la toxina alcohol, pero al hacerlo, sufre una sobrecarga de trabajo y puede llegar a enfermar.


CUIDADO CON LAS SUSTANCIAS QUÍMICAS Y LOS MEDICAMENTOS

Cuando el hígado se halla afectado por algún trastorno, manifestado en ocasiones solamente por una elevación en el nivel de transaminasas en la sangre, se debe extremar la precaución contra las sustancias químicas y los medicamentos que sobrecargan el hígado.

  • Evitar en contacto con sustancias químicas, especialmente pesticidas, disolventes y sprays.
  • Evitar cualquier tipo de droga, incluida la cafeína del café.
  • No tomas ningún medicamento, con receta o sin ella, sin consular con el médico. Muchos medicamentos pueden sobrecargar un hígado debilitado y agravar una insuficiencia hepática latente.


Consejos para cuidar de tu hígado

1. Bebe de dos a tres litros de agua al día

Ello te va ayudar a limpiar el hígado y los riñones. Siempre es recomendable beberlos a lo largo del día y en pequeños sorbos, de ese modo estaremos siempre hidratados, al igual que nuestras células y membransa, listas para funcionar con normalidad al igual que nuestro hígado y nuestros riñones. Así pues, no está demás que incluyas una botellita de agua en tu bolso cuando salgas de casa.

2. Evita consumir mucho azúcar

Bajo costumbre -o adicción en ocasiones- se esconde un gran peligro para nuestro hígado, en especial si consumimos azúcar refinado, ya que ello provoca que convirtamos el azúcar en grasa y colesterol, aumentando el nivel de triglicéridos en sangre y derivando en los inevitables problemas cardiovasculares.

No vale la pena, sin duda, de ahí que te recomendemos que evites todas esas bollerías industriales, y el comer en exceso demasiados dulces o alimentos azucarados. Señalarte también que los edulcorantes artificiales también son muy tóxicos para el hígado, nos provocan cansancio e hipoglucemia. Si necesitas comer algo dulce puedes recurrir perfectamente a la miel, a una pieza de fruta fresca e incluso a un yogur natural.

3. Lleva un horario en tus comidas

Intenta llevar un control pero escuchando siempre a tu cuerpo, no se trata en absoluto de comer obligatoriamente siempre a las 20h, porque siempre habrá días en que no tendremos hambre… se trata de ser regular en tus hábitos alimenticios, saber que no puedes irte de casa sin desayunar, o saltarte el almuerzo porque estás a dieta y prefieres llegar a casa y cenar de modo abundante.

Escucha a tu cuerpo pero lleva un control, nunca te saltes comidas, ello te provocará hipoglucemia, si te entra hambre a medio día o entre comidas no consumas duces, recurre a la fruta, y ten cuidado también con las dietas,consulta siempre a tu médico o nutricionista cuando tengas que cambiar de modo radical tus hábitos alimenticios.

4. Cuida de tus intestinos

Son unos órganos esenciales, si ellos están llenos de toxinas o bacterias el hígado va a tener que trabajar más, sufrirá más y se dañará a largo plazo, ya que él es el encargado de filtrar y destruir cualquier elemento negativo que ingiramos en las comidas. Intenta comer alimentos frescos, tampoco recalientes mucho las comidas ya que ello aumenta la aparición de bacterias, recuerda lavarte las manos y limpiar bien todos los alimentos que vayas a consumir.

5. Regula el consumo de alimentos procesados o empaquetados

Estos alimentos disponen de infinidad de conservantes que a largo plazo van a ser muy dañinos para el hígado; recuerda también que las carnes en conserva no son muy beneficiosas para el hígado.

6. Come correctamente

No lo hagas con prisa, tómate tu tiempo, ello hará que los alimentos se mezclen con la saliva y lleguen mejor al estómago. A medida que van pasando los años la producción de ácido clorhídrico del estómago va disminuyendo, y ello provoca que la digestión sea más pesada y dificultosa. Todo ello lo podemos evitar comiendo más despacio y, sobre todo, bebiendo agua con una cucharadita de vinagre de manzana en las comidas, nos será muy beneficioso para el hígado.

7. Busca siempre productos biológicos libres de pesticidas

Sabemos que hoy en día es un tanto complejo, nuestros alimentos están a menudo acompañados por ingredientes artificiales como colorantes, conservantes, aromatizantes, edulcorantes artificiales… en la medida que nos sea posible deberíamos evitarlos, buscar en los supermercados aquellos alimentos libres de pesticidas y los más naturales, algo imprescindible para la salud de nuestro hígado.

8. Busca las proteínas más naturales

Aquí incidimos de nuevo en este factor indispensable, siempre es preferible obtener proteínas de las legumbres que de las carnes rojas, por ejemplo, los cereales, los guisantes, las lentejas, la fibra, las nueces…


9. Evita el estreñimiento

Imprescindible para no acumular toxinas y dañar tu hígado. Para ello intenta beber bastante agua, consumir frutas frescas, yogures de soja, jugos de pera, mango o piña.

10. Evita las grasas saturadas

Son muy dañinas para el hígado, ya que lo convierten en graso o en el llamado “hígado graso”. Evita consumir alcohol, y mantén una dieta equilibrada para evitar que el exceso de grasas altere sus funciones metabólicas.

11. Consume los vegetales más adecuados para tu hígado

La zanahoria y la remolacha (betabel) son ideales gracias a sus efectos limpiadores y curativos gracias a sus flavonoides y carotenoides, así como los rábanos, las fresas, las uvas y las coles de bruselas. La alfalfa y las hojas de cebada ofrecen al hígado una inyección ideal de clorofila que actúa como un tónico perfecto.

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